Una Relación más Estrecha con el Espíritu

Una Relación más Estrecha con el Espíritu

Nuestros corazones no siempre sienten lo que nuestra mente sabe.

El Beato Papa Juan XXIII dijo, “El corazón sigue a la mente casi con tanta frecuencia como la mente sigue al corazón.” ¡Ciertamente entendió que es difícil hacer que nuestros sentimientos coincidan con nuestras mentes! Pero a veces, si realmente nos aferramos a lo que sabemos, el sentimiento sigue. Cuando vivimos una vida de amor en acción, podemos encontrar consuelo en el hecho de que no importa la culpa que contenga nuestro corazón, permanecemos en Dios. Su conocimiento de nosotros abruma y vence nuestros corazones que dudan de nosotros mismos.

¡Cuán bendecidos somos porque Dios provee para todo! Quizás nos preguntemos por qué nuestras oraciones a menudo parecen quedar sin respuesta. San Pablo entendió nuestra frustración en su carta a los romanos cuando dijo, “No sabemos orar como conviene.” Luego nos asegura que Dios, “que escudriñó nuestros corazones,” comprende plenamente las oraciones del Espíritu por nosotros.

A finales de este mes celebraremos Pentecostés. Este es un día que requiere que busquemos dentro de nosotros mismos una conversión. Incluso en corazones dispuestos, el examen de conciencia es difícil. Nos obliga a salir de nuestras zonas de confort. Debemos recordar que la oración es una manera de entrar en una relación más plena y más cercana con la fuente de toda vida y esperanza.

El Espíritu descendió sobre los reunidos en una pequeña habitación y abrió las puertas de par en par en ese día santo. Esto nos recuerda que la proclamación del mensaje de Jesús no debe limitarse a aquellos que se sientan a tu lado en el banco de tu parroquia, sino a aquellos que no han despertado a Su palabra. El Espíritu es la declaración continua de la presencia de Cristo resucitado en Su santo cuerpo—la Iglesia. Y, sobre todo, el Espíritu será un maestro que ayudará a los seguidores a comprender plenamente el significado de todo lo que Jesús dijo e hizo durante Su estancia en la Tierra.

Debemos recordar que la oración es una manera de entrar en una relación más plena y más cercana con la fuente de toda vida y esperanza.

El Espíritu es el don de Jesús enviado por el Padre. El ministerio de enseñanza de Jesús no estuvo completo en la Ascensión. Todavía tenía más que decirles a sus seguidores que aún no podían soportar escuchar. Es el Espíritu quien guía a los seguidores de Jesús a la plenitud de la verdad. No siempre estaremos seguros de las cosas. De hecho, ¡no podemos estar seguros de todas las cosas! Por eso, cuando llega Pentecostés, es natural quedar perplejos o asombrados. Si descubre que no es así para usted, considere dejar de lado ciertos pensamientos y dejar espacio para una revelación espiritual. Pentecostés es un tiempo especial que nos permite experimentar plenamente la majestad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Debemos confiar en algo más grande que nosotros mismos para recordar que ni siquiera nuestra imaginación puede igualar la realidad divina.

De parte de toda la familia de Mercy Home, ¡les deseo un corazón abierto el domingo de Pentecostés y durante toda la temporada de primavera!

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