Si alguna vez se ha mudado a una nueva casa, sabe lo largo y estresante que puede ser el proceso. Alex puede tener solo 14 años, pero ya se ha mudado nueve veces en su joven vida. El caos y la incertidumbre que rodean la mudanza es más que algo con lo que está familiarizado—se ha convertido en una forma de vida.

Los padres de Alex se divorciaron cuando él era muy pequeño. Después de su divorcio, se movió entre las casas de sus padres y diferentes miembros de la familia. Realmente no había ningún lugar que se sintiera permanente. Pero recientemente, su madre compró una pequeña casa en la ciudad y Alex pensó que podría haber algo de permanencia en su vida.

Pero Alex y su madre no tardaron en empezar a pelear. Todo el movimiento de niño no hizo que se acostumbrara exactamente a tener reglas en casa. Finalmente, su madre lo envió de regreso a vivir con su padre.

Las cosas no iban mucho mejor allí. Su padre, la novia de su padre, sus dos hijos y Alex vivían en un pequeño apartamento de dos habitaciones. No había privacidad en absoluto. Alex luchó por encontrar un lugar para hacer su tarea o simplemente tener un tiempo a solas.

Como resultado, Alex comenzó a evitar su hogar tanto como le fue posible. También dejó de hacer sus deberes. No esperaba que a nadie le importara, o incluso que se diera cuenta. Pero había alguien a quien le importaba—su profesor de arte en la escuela. Alex siempre había amado el arte y le había ido bien en la clase. Pero cuando sus calificaciones bajaron radicalmente, su maestra se dio cuenta de inmediato.

Cuando Alex explicó lo que estaba pasando, su maestra tuvo una idea: Mercy Home. Explicó que sería un lugar estable para vivir y que obtendría todo el apoyo que necesitaba para mejorar sus calificaciones y planificar un futuro exitoso.

Alex estaba desesperado por dejar la casa de su padre, así que estuvo de acuerdo. Al principio fue difícil. No estaba acostumbrado a las reglas ni a vivir con un horario. Tener horarios específicos para hacer las tareas del hogar y los deberes era extraño para él. Pero rápidamente se adaptó y comenzó a prosperar en Mercy Home. Gracias a la ayuda de sus tutores, sus notas han mejorado. Y lo que es más importante, sabe que ha encontrado un lugar al que puede llamar hogar.

Hoy, Alex es un estudiante exitoso que espera algún día convertirse en profesor de arte—como el que lo ayudó a encontrar Mercy Home. ¡Y sabemos que a través de su arduo trabajo y su apoyo, él puede hacerlo!

El camino de Alex hacia Mercy Home no fue fácil. Pero su compromiso de superar las luchas de su pasado es lo que lo está ayudando a tener éxito hoy. Espero que oren por Alex este mes, junto con todos los jóvenes de Mercy Home. ¡Su apoyo devoto hace una gran diferencia en la vida de tantos niños como Alex!