Hay una vieja historia sobre alguien que recogió una antorcha encendida y un balde de agua, con la esperanza de prender fuego a todas las mansiones del cielo y apagar todas las llamas del infierno. Su razón: después, pensó que vería quién amaba de verdad a Dios.

Si eres como yo, probablemente hayas escuchado a la gente hablar sobre cómo sienten las desgracias que experimentan o, alternativamente, las bendiciones que reciben, son un reflejo del amor de Dios por ellos. ¡Esto no podría ser más falso! Dios nos ama a todos por igual. Sin embargo, es cierto que algunos de nosotros experimentamos más desafíos que otros. Pero es importante recordar que estos desafíos no nos definen a nosotros ni al amor de Dios por nosotros. En cambio, es nuestra reacción a estos desafíos lo que refleja quiénes somos.

Durante el año pasado, muchos de nosotros nos hemos enfrentado a todo tipo de adversidades. Ya sea por la pérdida de un ser querido, un trabajo o una casa, está claro que muchas personas están sufriendo. Y ante la adversidad, lo más fácil puede ser levantar las manos y sentir lástima por nosotros mismos por la injusticia que se nos ha impuesto. Pero lo que requiere verdadera fuerza y carácter es nuestra capacidad para usar los desafíos que enfrentamos como oportunidades para acercarnos más a Dios. Si ponemos nuestra confianza en Él, Él nos guiará a través de los tiempos difíciles. Y, a través de nuestras adversidades, Él nos dará las herramientas que necesitamos para prepararnos para nuestra vida eterna con Él en el cielo.

Una vez escuché la letra de una canción, “No ves coches fúnebres con portaequipajes.” Esto es algo que se me ha quedado grabado durante años. Es cierto que la riqueza material que acumulamos en esta vida es temporal. No importa cuánto o qué poco tengamos, no podemos llevarlo con nosotros. El tesoro perdurable que permanece con nosotros de esta vida a la siguiente es la fe—nuestro amor por Dios y el don de Su gracia. Cuando tenemos esto, ¡somos verdaderamente ricos y verdaderamente bendecidos!

Este mes, es mi oración que puedas fortalecer tu fe y traer alegría a tu espíritu. Siempre puedes estar seguro de que estás en los pensamientos y oraciones más sinceros de todos nosotros en Mercy Home. Espero que tú también nos recuerdes en tus oraciones.