Un Lugar para Florecer
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Eleanor no sabe de dónde le vino su pasión por el estudio. Solo recuerda que siempre ansiaba aprender todo lo posible sobre cualquier tema que se le ocurriera.
Pero la curiosidad natural de Eleanor por la educación no provenía de su vida familiar. Su madre abandonó la secundaria y nunca la animó a estudiar. Su padre abandonó a la familia cuando Eleanor era solo un bebé. Poco después de irse, su madre comenzó a dejarla con amigos de la familia siempre que podía. Gastaba su dinero sin control, y a menudo no le dejaba lo suficiente para alimentar a su hija.
Cuando Eleanor estaba con su madre, vivían en apartamentos deteriorados en barrios peligrosos. A veces no tenían calefacción, y Eleanor tenía que dormir en el suelo cuando su madre no podía permitirse comprar muebles. Su madre aprovechaba cualquier oportunidad para salir de casa.
Por eso, Eleanor pasó mucho tiempo sola mientras crecía. Quizás por eso le rogaba a menudo a su madre que la dejara ir a la escuela, incluso antes de tener edad para empezar el kínder. Le encantaba ver programas de televisión como “Jeopardy” con su abuela, ansiosa por aprender todo lo que pudiera.
Pero a pesar de esta pasión, Eleanor tuvo dificultades en la escuela, obteniendo a menudo solo calificaciones de C y D. No tenía problemas de asistencia—estaba ansiosa por asistir todos los días. Pero en casa, no había dónde hacer las tareas, no tenía una alimentación adecuada y rara vez dormía bien. Eleanor a menudo no entregaba sus tareas, le costaba prestar atención en clase e incluso se quedaba dormida en la escuela. Se hizo evidente que, con el tiempo, la vida familiar de Eleanor estaba destruyendo su educación. La falta de apoyo en casa se notaba en sus calificaciones.
A veces no tenían calefacción y Eleanor tenía que dormir en el suelo cuando su madre no podía comprar muebles.
La madre de Eleanor finalmente la dejó con su abuela a tiempo completo, pues ya no quería lo que consideraba la carga de criar a un hijo. Pero la abuela de Eleanor tenía muchos problemas de salud y no estaba preparada para criar a otro hijo. Le brindó a Eleanor todo el apoyo posible, pero pronto se hizo evidente que no podría brindarle la atención que Eleanor necesitaba.
La turbulencia en la vida de Eleanor tampoco ayudó con sus calificaciones. Cuando reprobó séptimo grado, su abuela supo que necesitaba encontrar recursos adicionales para ayudarla. Recurrió a Mercy Home.
Eleanor se involucró rápidamente en nuestro programa de Enriquecimiento de Verano, que permite a nuestros niños mantenerse comprometidos con el aprendizaje durante todo el verano. También le encontraron una nueva escuela para comenzar en otoño donde recibiría más apoyo.
Al principio, Eleanor tuvo dificultades con la estructura y las reglas del Hogar Mercy. Se rebelaba siempre que podía. Pero una vez que empezó la escuela, su situación cambió drásticamente. Su nueva escuela contaba con los recursos para brindarle atención más individualizada, y estaba encantada de ver cómo mejoraban sus calificaciones.
Cuando reprobó el séptimo grado, su abuela supo que necesitaba encontrar recursos adicionales para ayudarla.
Con el apoyo de sus compañeros y tutores de Mercy Home, Eleanor entregaba sus tareas, estudiaba con regularidad y llegaba a la escuela preparada para el éxito. A medida que traía a casa más calificaciones de A y B, su confianza crecía. Por fin, podía concentrarse en la escuela como siempre había deseado, sin tener que preocuparse de dónde dormiría ni de si comería.
Ahora en la preparatoria, Eleanor es una estudiante seria con grandes sueños para el futuro. Está deseando ir a la universidad y espera ser maestra para poder transmitir su pasión por el aprendizaje y ayudar a niños con dificultades, como ella.
Nada de esto sería posible sin amigos cariñosos como tú. Gracias por tu apoyo incondicional a los niños de Mercy Home.
Ten en cuenta: Nos preocupamos profundamente por proteger la privacidad de nuestros niños, los nombres y ciertos detalles de identificación en esta historia se han cambiado.
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