Consejos Para una Comunicación Saludable

Consejos Para una Comunicación Saludable

La comunicación saludable en el sistema familiar es increíblemente importante, pero a veces puede parecer difícil lograrlo. Sin embargo, con práctica y apertura a nuevos métodos, ¡puedes lograr una mejor comunicación en tu familia! Hay varios consejos que recomiendan los terapeutas familiares, como fomentar la regulación, evaluar el estilo de crianza y crear un entorno abierto. Pero, ¿cómo se ve eso en la práctica?

El famoso psiquiatra Dr. Bruce Perry nos enseña que debemos trabajar para regular (manejar nuestras emociones) antes de poder relacionarnos y razonar con un niño. Este proceso debe realizarse en este orden porque un niño no puede procesar la información si está desregulado. Sin embargo, padres no pueden co-regular con sus hijos si ellos mismos están desregulados. Por lo tanto, practica primero tus propias habilidades de regulación—¡esto también será un gran ejemplo para tu hijo!

A menudo, los padres en terapia familiar hablan sobre su crianza y cómo esto ha impactado la forma en que crían a sus hijos. Muchos padres crecieron en una época en la que los niños eran “vistos y no escuchados.” Esta mentalidad puede dañar el sentido de valor del niño en el sistema familiar y, por lo general, no conduce a modos de comunicación saludables en su conjunto. Los padres deben reflexionar sobre la forma en que fueron educados y evaluar verdaderamente si esas mismas estrategias de crianza funcionan con su hijos.

Pero, ¿cómo mantener la autoridad en el hogar y, al mismo tiempo, asegurarte de que tu hijo se sienta valorado y escuchado? Al establecer reglas y expectativas familiares claras, se minimizará la confusión o las luchas de poder con tu hijo. Cuando un niño se está portando mal, es importante que los padres mencionen el comportamiento como inaceptable y les informen de las consecuencias que recibirán, en caso de que decidan continuar. Luego aléjate y permíteles tomar una decisión.  Asegúrate de nombrar los comportamientos positivos con frecuencia y recompensa a tu hijo cuando lo esté haciendo bien. Prestar atención únicamente a los comportamientos negativos a menudo puede conducir a un conjunto diferente de problemas.

Cuando estés en una conversación, recuerda escuchar para aprender, no responder. Con demasiada frecuencia, cuando surgen discusiones, las personas comienzan a pensar en su propia respuesta antes de que la otra persona haya terminado de hablar. Es útil cuando los padres modelan la capacidad de recibir comentarios. En estos momentos debes bajar tus defensas, creando un espacio abierto a múltiples perspectivas. Evita el uso de términos absolutos como “nunca lo haces____” o “tú siempre____.” En cambio, describe cómo se siente la situación para ti. Por ejemplo, “Me siento ____ cuando tú ____.” Este método promoverá una comunicación honesta y saludable, centrada en la construcción de relaciones.

El núcleo de una comunicación familiar saludable es el interés y el esfuerzo por entenderse unos a otros. Estos consejos requieren práctica y paciencia—recuerda que es posible que los resultados no se vean de la noche a la mañana. Sin embargo, con una dedicación genuina por crecer, tu familia puede comenzar a comunicarse mejor día a día.

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