Cuando Caleb cumplió 15 años, se enfrentó a una elección: unirse o no a una pandilla.

Verás, creció en un vecindario peligroso donde las calles estaban controladas por pandillas. La violencia parecía ser parte de la vida allí. Los disparos ya no despertaban a Caleb cuando sonaban en medio de la noche—estaba acostumbrado.

Caleb no tenía ningún interés en unirse a una pandilla—en cambio, amaba la música y pasaba horas tratando de aprender a tocar el piano por sí mismo, usando un teclado de segunda mano que su abuela le encontró en la tienda de segunda mano local. El profesor de música de su escuela reconoció su talento incipiente y se ofreció a darle lecciones gratis después de la escuela. ¡Caleb estaba emocionado! Pero, al mismo tiempo, el simple hecho de llegar a la escuela se estaba convirtiendo en un problema.

Las calles que Caleb necesitaba caminar para llegar a su escuela secundaria no eran seguras, ni siquiera durante el día. A menudo se preocupaba por su seguridad y se preguntaba si sería seguro para él seguir asistiendo a la escuela. Un buen estudiante, no le gustaba la idea de saltar. Pero después de presenciar cómo disparaban a varias personas frente a él, el miedo creció.

Un vecino de la edad de Caleb notó su incomodidad al recorrer las calles alrededor de su casa. Explicó que era miembro de una pandilla y que podrían ofrecer protección para transitar por las calles si se unía a ellos. Sería un lugar donde Caleb sería parte de una familia y pertenecería. Con una madre que tenía varios trabajos y casi siempre estaba ausente, esta fue una oferta tentadora para Caleb.

Caleb se quedó despierto hasta tarde considerando sus opciones. Nunca pensó que se uniría a una pandilla, pero estaba cansado de estar estresado por su seguridad solo porque quería ir a la escuela. Sabía en el fondo que unirse a una pandilla no era la decisión correcta, pero le resultaba difícil ver de otra forma.

Decidió acudir a su profesor de música, quien siempre lo había apoyado. Explicó su dilema actual y cómo temía que unirse a la pandilla fuera su única forma de vivir de manera segura en su vecindario. Pero su maestro tenía otro plan—Mercy Home.

El maestro de Caleb explicó que Mercy Home le daría un lugar seguro para vivir donde podría concentrarse en su educación. Podían ayudarlo a llegar seguro a la escuela y también tenían recursos para ayudarlo a estudiar. Este era el tipo de escenario onírico que Caleb ni siquiera se había atrevido a imaginar. Quería mudarse de inmediato.

Desde que llegó a Mercy Home, Caleb ha prosperado. Mercy Home le encontró una escuela en un vecindario más seguro que tiene aún más clases de música para que él tome. ¡Le encanta pasar tiempo en nuestra sala de música practicando piano! Con el estrés de su situación de vida desaparecido, las calificaciones de Caleb han mejorado y ya no tiene que preocuparse por estar a salvo. También ha encontrado a la familia que tanto anhelaba: ¡la familia Mercy Home!

¡Gracias por brindarles a niños como Caleb un lugar seguro para llamar hogar y familia! Es verdaderamente un cambio de vida.