El padre de Henry nunca le levantó la mano. Pero eso no significaba que no lastimara a Henry. Y no significó que Henry se quedara sin cicatrices por el abuso que recibió de su padre.

El padre de Henry era alcohólico. Su forma de beber estaba antes que todo lo demás: su trabajo, su familia y su relación con Henry. Y él era un borracho malo. Puede que nunca haya puesto una mano sobre Henry o su madre, pero las palabras que brotaron de su boca cuando estaba bebiendo hirieron de todos modos.

Los insultos que Henry escuchó mientras crecía afectaron severamente su autoestima. Cuando todo lo que escuchas de tu padre, el hombre que se supone que te ama y te protege, es lo inútil que eres, es difícil sentirse muy bien contigo mismo.

Henry también se mantuvo reservado en la escuela. Era difícil confiar en la gente. Y, si había que creer en su padre, no es como si a los otros niños les gustara de todos modos. Deseaba poder apoyarse más en su madre, pero ella a menudo estaba demasiado atrapada en su propio trauma. Después de todo, ella había estado tratando con el padre de Henry incluso más tiempo que él. Henry solo se vio a sí mismo a través de las palabras de su padre: que era inútil, estúpido y, sobre todo, desagradable.

Y es posible que se hubiera seguido sintiendo así si no le hubieran asignado la maestra que tuvo en sexto grado. Ella no era como otros maestros que tuvo en el pasado—parecía realmente interesada en la vida de sus alumnos. Era maternal, de una manera que tal vez lo habría sido su propia madre si no hubiera sido por los años con el padre de Henry. No le tomó mucho tiempo darse cuenta de que algo no estaba bien en la casa de Henry.

Inicialmente, Henry no tenía intención de abrirse a ella. No confiaba en los adultos. No confiaba en nadie.

Pero su maestro construyó pacientemente una relación con Henry hasta que finalmente se sintió cómodo compartiendo, poco a poco, lo que estaba pasando en su casa. Esperaba que su maestro lo culpara por la infelicidad de su familia. En cambio, ella le dio un folleto. Era para Mercy Home.

Henry miró las fotografías. Mentiría si dijera que no estaba intrigado. Cuando estaba en el laboratorio de computación más tarde ese día, buscó Mercy Home en Internet. Cuanto más leía, más sentía que nuestro Hogar sería una forma de escapar de su padre.

Después de mudarse, Henry se dio cuenta de que no había pensado en mucho más que en escapar de su casa. No quería abrirse a sus compañeros o a nuestros compañeros de trabajo. Le tomaría mucho tiempo confiar en cualquiera de ellos.

Pero nuestros compañeros de trabajo fueron pacientes. Dejaron que Henry compartiera las cosas a su ritmo. Y nunca escuchó palabras como las de su padre, incluso cuando se equivocó. En cambio, siempre fue recibido con amor y apoyo. Eso es lo que más significaba para él. Podía empezar a creer que tal vez su padre se había equivocado con él todo el tiempo. Durante el último año, Henry ha comenzado a ganar confianza en sí mismo. El apoyo que recibió en Mercy Home lo ayudó a darse cuenta de que era capaz de mucho más de lo que creía. Le va bien en la escuela y ha hecho amigos allí y en nuestro Hogar. Donde antes todo parecía oscuro, ahora solo ve esperanza y días más brillantes por delante.

Amigos cariñosos como tú cambian la vida de tantos niños como Henry. ¡Gracias por tu apoyo en oración y amor!